Seguir pensando que la enfermedad, tanto orgánica como psíquica, aún en los estadios más graves, sólo tiene remedio a través de un fármaco, es como seguir pensando que hay algo exterior al sujeto que lo va a curar. Es no querer reconocer a qué extremo el mismo está implicado en la producción de dichas manifestaciones.
Para que la medicación cumpla su efecto, para poder aceptar que es necesaria, también tendrá que transformar algo de lo que lo llevó hasta ese punto, algo que le permita desear la salud en lugar de la enfermedad.
Archivos Mensuales: junio 2013
La enfermedad y la curación
Consejos sexuales
1) Lo que quieres que te hagan a ti… no se lo hagas a los demás.
2) La ternura es anti-erótica.
3) Si eres una mujer: Ni acosadora ni acosada. Ni activa, como la mujer antigua, ni pasiva, como la mujer del amor cortés, una mujer con palabra, con deseo propio. Si eres un hombre: Ni pajero ni acosador. Ni amante de la propia potencia, como el hombre antiguo, ni señor de una dama, como el hombre del amor cortés, un hombre con palabra, con deseo propio.
4) Las relaciones sexuales no dejan huella, no te hacen propiedad del otro, no generan ningún tipo de parentesco; de todo lo que puede pasar entre dos personas es lo menos importante.
5) El secreto es el más valioso ingrediente de las relaciones sexuales: Que nadie sepa, ni siquiera tú, ni siquiera yo.
6) Ella desea gustar y él desea conquistar.
7) Dando gusto al otro no se consigue gustar, sino todo lo contrario. Además no nos gusta siempre lo mismo, ni al otro le gusta lo mismo que a mí. Entregarse, un corazón rendido, no calma el deseo de conquistar, sino que lo apaga.
9) El deseo de gustar no es gustar, ni el deseo de conquistar es conquistar, el deseo no se colma ni se calma.
10) Una cierta lejanía, una proximidad próxima, una distancia diferente cada vez, un acercarse permanentemente…son necesarios e inevitables, creer lo contrario es un ideal que impide cualquier comienzo.
11) No seas idéntica a ti misma, ya que siendo algo imposible, sólo será un disfraz desgastado.
12) No seas idéntico a ti mismo, ya que siendo algo imposible, sólo será una apuesta fuera del juego.
AMELIA DÍEZ CUESTA
¿Hay sujetos que buscan amos y sujetos que buscan esclavos?
La relaciones (amorosas, amistosas o familiares) se establecen muchas veces dentro de la dialéctica del amo y el esclavo. Es decir que, aparentemente, uno de los integrantes es el que manda y el otro el que se subyuga.
Podremos darnos cuenta de que esto es una mera ilusión en cuanto pensemos que el “esclavo”, sin ése que le manda, se pierde y que el “amo”, si pierde a su “esclavo”, deja de ser amo, es decir, para serlo está esclavizado al esclavo y el esclavo tiene noticias de eso.
La dependencia es mutua y la simbiosis, a veces, llega a límites insospechados: uno no es sin el otro. Por eso, una pérdida de la posición, a cualquiera de los dos, le significa una pérdida en el ser.
Cuando se rompe esa dialéctica “amo-esclavo”, se acaba la fiesta, se produce un quiebre en la dialéctica y hasta, a veces, se produce una ruptura en todo el espectro que delimitaba la relación, porque eso que podría llevar a los sujetos en juego a pensarse separados, dejando de ser un mero complemento del partenair, se hace intolerable: se han quedado sin el esclavo que para cada uno de ellos era el otro.
Muchas separaciones tienen que ver con esto.
Un paso psicoanalítico podría ayudarme a descubrir que amo y esclavo conviven en cada uno y que “cuando muera el tirano, me daré cuenta de que el tirano era yo».
Ud. también puede psicoanalizarse y conocerse mejor.
PSICOTERAPIA (TRATAMIENTO POR EL ESPÍRITU)
PSlQUE es una palabra griega que en nuestra lengua significa alma. Por tanto, el «tratamiento psíquico» [«psicoterapia»] ha de llamarse tratamiento del alma. Podríase suponer que se entiende como tal el tratamiento de las manifestaciones morbosas de la vida anímica, mas no es ése el significado del término. «Tratamiento psíquico» denota más bien el tratamiento desde el alma, un tratamiento -de los trastornos anímicos tanto como corporales- con medios que actúan directa e inmediatamente sobre lo anímico del ser humano.
Un medio semejante es, ante todo, la palabra, y las palabras son, en efecto, los instrumentos esenciales del tratamiento anímico. El profano seguramente hallará difícil comprender que los trastornos patológicos del cuerpo y del alma puedan ser eliminados por medio de las «meras» palabras del médico. Supondrá, sin duda, que se espera de él una fe ciega en el poder de la magia, y no estará del todo errado, pues las palabras que usamos cotidianamente no son otra cosa sino magia atenuada.
La palabra es un excelente recurso para despertar movimientos anímicos, y por eso ya no nos parecerá tan enigmática la afirmación de que la magia de la palabra pueda eliminar manifestaciones morbosas, particularmente aquellas que reposan a su vez en estados anímicos.
De PSICOTERAPIA (TRATAMIENTO POR EL ESPÍRITU)
SIGMUND FREUD