Las afecciones no sólo afectan a la vida particular, sino que también, muchas veces, trastocan el entorno social, laboral o amoroso del paciente porque algunos de sus síntomas le proporcionan dificultad para relacionarse y, en una gran cantidad de casos, les impiden trabajar o desarrollar su vida y su crecimiento de la manera deseada.
Encontrar una forma saludable de vivir, en la que el cuerpo y el psiquismo no nos dificulten un bienestar, es responsabilidad propia.
La salud, nuestra responsabilidad
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Oct